Thursday, March 25, 2010

Un Cuento para Sonia...

Paisaje con minotauros y un adiós.

Ahora hay un hueco grande
y ráfagas de lluvia furiosa caen en mi cuarto
apenas con una cama
y un colchón manchado de menstruaciones.
Pedro Juan Gutiérrez




Escampa. Vuelve a llover. Escampa…
gorriones sacuden alas en las ramas del anòn. cariño ven vamos afuera que el aire refresca. el cielo reventará de nubes negras. la noche se cierne a rastras sobre las tejas. puedo tocar las espaldas de los minotauros tras la ventana…
hubo flores ayer en el patio. vuelvo al laberinto de los días, descubro que en los espejos caben todas estas ganas de llover.
Me río sola de esta valentía de salir en cueros al balcón. El agua amansa las furias. Una bestia encrespada raspa mis manos. Hincazón. Fumo, fumo como una desquiciada, me emparcho de agua lluvia y humo.
Tiro el cigarro mojado y toco mi vientre, se confunde la lluvia y el temblor de mi orgasmo.
A veces salía hasta aquí y te veía:
Ana bajando de la colosal “motorina”, zapatos negros, altas pullas.
Ana con olor a chanel y a yuma.
Ana con un rollito de billetes entre las tetas “ donde mamá guardaba siempre el money” ,decías.
Ana tremenda tocando la puerta.
Ana la de “te traje un regalito”.
Ana sentada, de piernas abiertas, pintándose los labios.
Escribiste “ANA Y LUNA” en los espejos, con el mismo creyòn. Prefiero peinarme a ciegas o no peinarme antes que asomarme por allí. Las mujeres tenemos unas manías del carah.
Corto mi pelo. Mientras la lluvia arrecia, pica y las tijeras resbalan, cortan.
Luna desnuda en el balcón. Nadie en la calle, a oscuras un perrito se recuesta de un poste y orina.
-Si pudiera orinar como ese perro y andar llorando tu ausencia por las calles-
Podría tirarme o entrar y abrirme las venas, pero ya se acabaron los romeos y julietas en el mundo. Lo que no quiero es volver a mirarme en un espejo.
Luna con los senos sobre el hierro.
Luna mirando las farolas.
Luna de frente y de costado.
Sola.
Ana volviendo frente al espejo, llamando, rota de placer.
Luna hundida en los abismos, redescubriendo la carne.
Ana en uno de sus ataques.
Luna llorando. Luna
Ana Luna Ana Ana.
“SIEMPRE ESTARÈ A TU LADO”.
Coño, chica, no podías decir otra cosa o mejor quedarte callada.
Amo el aguacero.
Amo la ciudad a oscuras.
El mundo detenido ante mi. Yo, sola como el perro, viendo pasar el tiempo.
Sola, como cuando mi madre se fue en una balsa. Bajo la mesa mientras mi papá borracho me buscaba como un loco, rompiendo las vasijas y las ollas.
Luna temblando.
El agua arrastra los cabellos hacia adentro.
Ana lejos, cruzando un puente, en una boutique, mirando revistas, comiendo pizza, besando a un hombre…
-¿A dónde vas?
-Pa`l yuma.
-Sht.
-Adiós.
-¿Adiós y ya?
-Adiós…y ya.
-Cuídate.
Entro, me fumo un cigarro, pongo agua a calentar. Me tiro a la cama, fumo, tiro la ceniza en el piso. No barro desde que te fuiste. Como algo, camino hasta la ventana…

afuera pastan los minotauros del paraíso. los oigo llorar y me dan gracia. También escampa si tu no estás. Extiendo la mano y toco también los faros y la playa. Las criaturas chocan contra los postes y salen huyendo. Contra los charcos lanzo las estrellas. Voy a salir montada sobre el más hermoso de los minotauros…
Escampa.

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