Decia amor a gritos...
Carlos Nejar
La escuchaba gemir en las tardes, se acurrucaba, presurosa en las esquinas de la caja que le dimos por casa. Le pusimos un nombre, y por pudor le dimos un par de trapos para que se tapara los senos y el sexo. Nosotros, ah!, nosotros que ilusos, le amarrabamos las manos con envidia, y le gritamos un par de veces insultos: sientate, escucha, duermete, pretendiamos acallar su vocecita, su delicada voz de golondrina. En las mananas se nos escapaba, y mas que caminar era como si flotara sobre las cosas; sus dedos recorrian los bordes de la mesa, los blancos manteles, la porcelana, las flores plasticas, y al tocar las cosas sus ojos tomaban las mas extranas tonalidades, que necesitariamos nuevos colores para nombrar, azulprofundoenrojo, amarillonaranjapulido...
En las tardes la sacabamos al jardin, amarrada por la cintura con un hilo finisimo, pero en su desvalido cuerpo era como una cadena de acero aguantandola, prohibiendole el movimiento...pero teniamos miedo, otra vez.
Y dijo la primera palabra, y la segunda, y tantas otras, impedida del don de conversar, repartia silabas y entretejia largos discursos sin principio ni fin, ante los cuales reiamos, nosotros, los impolutos. "abril, mango, azul, estrella, nuestro..."
Los doctores diagnosticaron locura, y con tal de que los vecinos no se rieran, la escondimos en el atico, a expensas de que la soledad calmara su alegria, su brio, el espaviento de sus pies volatiles...
En vista de que en las noches no nos dejaba dormir su aletargado canto, sellamos el piso superior con papel esponjadoy pusimos gruesos maderon en la unica ventana, aun recuerdo su rostro, su unica lagrima, como un cactus en medio de la selva, el unico signo de dolor en tanta algarabia, el primero y el unico. Eso nos contento, volvimos a la tranquilidad de las tardes, a la vida de trabajo y reuniones, a tomar el te los domingos con algunos vecinos y a las noches sin musica y sin correrias etereas.
EL olvido la sumio, o nos sumio a nosotros? Un dia abrimos la pequenisima puerta que daba al atico, y la encontramos, encorvada,abrazandose a si misma, con frio o con miedo, jamas sabremos...
Como si hubiera esperado todo este tiempo, como si nuestra presencia significara algo, reunió las menguadas fuerzas sobrantes, se edifico sobre si misma, soplo sobre la soga de las manos y la hizo polvo, su rostro brillo, o brillo siempre y jamas lo vimos, o no quisimos verlo...y la luz fue sus ojos, y sus manos elevándose trazando un circulo, danzando, soplo libertad de entre sus labios y los gruesos maderos fueron cenizas y la ventana una enorme puerta por donde entraba la delicada luz de media tarde, y el dia fue hermoso por primera vez...o no lo vimos antes...y ella se fue, se despego del suelo en un salto lentísimo, un salto que duro siglos, que planeo por mucho tiempo, un salto hacia la luz con olor a mundo, raro olor por cierto.
Extrañados, mas que nada nos miramos a los ojos, y entonces la queríamos de vuelta, ah!inconformes los humanos, siempre anorando lo que nos deja!. Recojimos el polvo que dejo tras su vuelo, lo hechamos a la basura, y volvimos a nuestras vidas...ignorando el titular que cubrio las primeras paginas de los periodicos por un par de semanas: "La Felicidad nos ha dejado.No la Reconocimos."
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